
Face to face with the Mexicans: the domestic life legendary and general history of the Mexican People
Corazón, alma, vida, sentimiento y esfuerzo. Somos futuro, somos origen, somos tradición. Hecho en México (Duncan Bridgeman, 2012) se presenta así, una película, más bien un documental que retrata al México contemporáneo, reforzado por una narrativa basada en la expresión musical, la fuerza de las imágenes y los argumentos de distintos personajes que van desde escritores, personajes, analistas políticos, actores y activistas en distintos campos sociales. Verdades, muchas; a medias, algunas.
Hecho en México, cuyo productor ejecutivo es Emilio Azcárraga Jean, Presidente de Grupo Televisa, tiene aspectos notables en términos cinematográficos. En especial debo reconocer el talento musical que compila y no sólo a los artistas conocidos como pueden ser Alejandro Fernández, Banda El Limón, Kinky, Lila Downs, Rubén Albarrán, Meme y hasta la recién fallecida Chavela Vargas sino aquellos que gracias a la película ampliaron la diversidad musical dando a conocer propuestas contemporáneas pero influenciadas por el origen étnico, regional y social de sus interpretes: Venado Azul, las Maya Internacional, el Cuarteto Latinoamericano, Los Cojolites, Alí Gua Gua y algunos más, todos ellos matizados por el talento del equipo integrado por Lynn Fainchtein y los editores Gregory W. Allen y Miguel Musalém. Imágenes que descubren un México urbano, con sus defectos, su decadencia y las personas que lo habitan, transiciones musicalizadas nos llevan a diferentes dimensiones de un país – a veces desconocido – intercaladas opiniones que subrayan uno o diversos aspectos de la sociedad mexicana. Si me limito a calificar el objeto de esta película como documental afirmo que lo cumple y muy bien, invita a la reflexión y la crítica, deja un sabor de esperanza en el futuro y del potencial que tenemos para “salir adelante”.
¿Por qué pongo entre comillas esas dos palabras? Es justo lo que critico. El mensaje esperanzador, la interpretación de la imagen, las opiniones espontáneas y a veces, las reivindicaciones en la música, recurren tres elementos que, por origen, ya son cliché: las virtudes del México prehispánico, el México “de nuestros abuelos”, la fuerza de “nuestra cultura” reivindicativa frente al predominio de la global (más bien estadounidense) el tan lejos de Dios y tan cerca de…, el México indígena, el México “guadalupano” (cuyo precursor fue justamente Miguel Hidalgo al tomar una imagen como bandera de aquella capilla de Atotonilco) y el valor de “nuestra gente”. Derivado de todos ellos surgen otros como “la bondad del pobre y su alegría de vivir”, “la televisión es culpable de nuestros males”, la tierra del zapatismo y el la fuerza de ese desconocido impulso que “tenemos” los mexicanos que nos hará “salir adelante”. De Wirikuta a la Ciudad de México y de Tijuana hasta San Cristóbal de las Casas la película retrata un país que siempre mira al futuro sin dejar de voltear al pasado, la unión –según interpreto la línea argumental del filme– proviene de la fe guadalupana. Opiniones parciales se captan, desde luego. Considero que hubo ausencia de por lo menos unos cuantos representantes de las principales universidades públicas y privadas que expresaran su visión del país. Desde luego, hay límites en el tiempo cinematográfico y la pretención de abarcar todo, sería objeto de otras críticas – incluso mías.
Considero que en su conjunto la película será muy atractiva para espectadores extranjeros, especialmente en Europa, y para audiencias clave… potenciales inversionistas, diplomáticos, empresarios, turistas, estudiantes y académicos que encuentren un México no de cabezas cortadas sino de cráneos endulzados, rodeados de flores anaranjadas e iluminados por velas, de revoluciones pacíficas emprendidas por indígenas encapuchados, del país que sorprende hasta en una estación del metro, con su caos, con su vida, con sus paisajes y con su gente, del país que impregna a través de su etnicidad, el país de las pirámides emergentes entre edificios coloniales que se hunden. Es documental que como mexicano uno debe ver con ojos críticos. El recurso de la “superación nacional”, que permea toda la trama de la película, es atractivo pero también frágil. No podemos vivir explotando la imagen de un país que cautiva con sus rezagos.
Personalmente creo en la riqueza cultural de México, en el potencial que como país tiene y en la cultura del esfuerzo que convertida en trabajo se convierte en prosperidad. Sin embargo, también considero que debemos aprender la historia y no sus mitos, el peor error de una cultura es encerrarse en sí misma y considerarse un centro respecto a otras, ahí inicia su decadencia. El mejor ejemplo de esa fuerza creativa son las personas, los artistas que buscan su expresión superando esos atributos que el entorno les otorga, transgreden sus límites y se enriquecen.
Admitamos una realidad: nunca hemos sido un país glorioso (eso sólo lo vemos en los murales e irónicamente, en monografías de papelería), nuestra cultura se inserta en un nicho global y es tan grande o válida como cualquier otra, como sociedad condenamos nuestros males a la historia pero pocas veces somos críticos con nuestro presente: nos quejamos de la televisión pero somos incapaces de comprar y leer (al año) un libro de treinta pesos (poco menos de US$2.50) – yo hace dos días compré dos buenos títulos por ese precio.
Es cierta la afirmación sepamos en donde estamos para saber hacia que dirección nos dirigiremos. Sólo así vuelvo al punto donde concuerdo con la filmación: tú eres el actor y director de tu película… Concluyo que también debemos ser críticos siempre con todo y a pesar de todo ¿o acaso quieres sólo renovar la imagen de un mexicano durmiendo bajo un cactus?
Nota al píe: Para quien ilusamente cree que Tezcatlipoca era un dios de paz en la mitología de los pueblos náhuatl, vive en un error. Todo lo contrario.
Segunda Nota al píe: Dos semanas después de ver «Hecho en México», encontré una película -muy propagandística- en la que se utilizan elementos similares a los que he criticado en el texto. Opinen ustedes: «Mexicanos al grito de guerra«.
Una respuesta a “Hecho en México ¿Superación Nacional?”